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Ansiedad: depredador silencioso de la vida moderna

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Ansiedad: depredador silencioso de la vida moderna

Ansiedad: depredador silencioso de la vida moderna


 

Cada día adultos, niños y ancianos estamos viviendo un mundo más moderno y globalizado, con grandes aportes tecnológicos y científicos hacia la sociedad. Pero paralelamente, se han venido  incentivando en cada uno de nosotros, un estilo de vida acelerado,  competitivo, con la necesidad de realizar diferentes actividades cotidianas al mismo tiempo, muchas horas de trabajo, presiones económicas, estudiantiles, enmarcadas en un escenario donde “no hay tiempo suficiente”, llevándonos al final a sentirnos agobiados, cansados y ansiosos, poniendo en riesgo nuestra salud, especialmente cuando estas situaciones se hacen continuas en el tiempo.

Esta vida moderna, ha desarrollado lo que se han llamado los depredadores modernos de la salud, donde están los malos hábitos de alimentación (exceso de azúcar y grasa), la exposición diaria agentes tóxicos medioambientales (polución, pesticidas, etc.), exposición a virus, hongos y bacterias,  sumado al gran depredador silencioso que cada día está generando más enfermedad y mortalidad en la población humana como lo es: la ansiedad. 

La ansiedad, deriva de su palabra del latín anxietas, “angustias, aflicción”, que se caracteriza por una respuesta involuntaria de anticipación frente a cualquier evento o estímulo “real o irreal” en el medio ambiente,  para lo cual nuestro cuerpo percibe dicho evento, como hostil o amenazante, generando una sensación de desagrado o síntomas de tensión (sudoración, taquicardia, dolor de cabeza, nerviosismo, etc.). La ansiedad es uno de las señales de alerta, que nos permite estar atentos a reaccionar frente a un peligro inminente,  llevándonos a adoptar medidas necesarias para poder afrontar dicha amenaza.

La ansiedad  forma parte del mecanismo primario de adaptación, perteneciente al sistema de lucha y huida qué nos sirve para poder enfrentar de manera diaria las diferentes situaciones, las cuales nos sentimos amenazados o en peligro, ya sea por situaciones psicológicas o agresiones físicas como una enfermedad.  Es decir que la ansiedad, puede ser vista desde una perspectiva optimista para la salud, como una reacción que nos permite adaptarnos a las necesidades positivas o negativas de la vida cotidiana. Sin embargo en muchos casos esta característica innata adaptativa, el hombre la desarrolla de forma constante y patológica, llevando a la aparición de síntomas constituyentes, denominados “Trastornos de Ansiedad”, afectando negativamente la salud del ser humano. Son ejemplo de estos trastornos de ansiedad; el cuadro obsesivo compulsivo, el pánico, las fobias, los cuadros de estrés postraumático, el miedo escénico y cuadros más severos como el estado de ansiedad generalizado. Para este último, el paciente vive constantemente la sensación de miedo, angustia y deseo de huir, sin poder identificarse una causa clara o real de peligro o una situación amenazante de manera puntual.

Existen diferentes  factores asociados a la presencia de ansiedad patológica, donde están los factores biológicos, ambientales y psicosociales, e incluso hay enfermedades que se caracterizan por alteraciones emocionales, con la presencia de ansiedad.   Es sabido que diferentes anormalidades cerebrales principalmente en el área límbica, sufrir de afecciones físicas, el uso crónico y frecuente de medicamentos o el retiro de estos, junto al consumo de drogas, alcohol, sedantes e incluso la predisposición genética, favorecerán a la aparición de mayor ansiedad en una persona. 

Es importante saber diferenciar entre la ansiedad normal (adaptativa) y la ansiedad patológica. Para el primer caso, se trata de un proceso fisiológico en donde el individuo responde de manera adecuada a una situación que él percibe como hostil o peligrosa, estando limitada a una duración e intensidad, donde al final del cuerpo se estabiliza y regresa a su estado normal. Situación contraria, ocurre cuando la ansiedad se convierte en algo patológico, para lo cual el estímulo supera nuestras capacidades adaptativas,  generando respuestas dañinas y desproporcionadas que afectan el funcionamiento cotidiano, tanto físico, inmunológico y mental, con la presencia de síntomas desagradables (físicos y psicológicos). 

Para su tratamiento, es importante establecer actividades de psicoterapia, higiene mental y física, que generen sensación de bienestar y felicidad al paciente, dejando la prescripción de fármacos como los antidepresivos y ansiolíticos, para aquellos casos severos donde hay indicación médica, evaluando siempre que los beneficios superen a los riesgos, especialmente los efectos secundarios que implica el uso de estos. 

Sin embargo hoy en día, si sufres de ansiedad, cuentas con el beneficio de medicamentos homeopáticos, de origen natural y con eficacia comprobada a través de estudios científicos, que no te generarán dependencia o somnolencia, ayudándote a conseguir la calma, sensación de bienestar y calidad de vida a plenitud que tanto deseas, sin riesgo de que tengas interacciones con otras medicinas o efectos secundarios. Cuando usas estos medicamentos homeopáticos naturales, lograrás un efecto terapéutico más fisiológico y adaptativo, pudiendo controlar síntomas, como la ansiedad, nerviosismo, inquietud y alteraciones del sueño. Dentro de todas las demás bondades que te ofrecen estos medicamentos homeopáticos naturales, se resalta su presentación en tabletas y gotas, lo cual te facilitará la dosificación e incluso en los cuadros agudos donde pudiera usted necesitar una acción rápida, segura y bien tolerada. Si sufres de ansiedad y estás buscando un tratamiento, natural, seguro y eficaz, puedes consultar con tú médico biológico de confianza.

Dr. Baltazar Guerrero Quesada 

Médico Cirujano General, Escuela de Medicina Juan N Corpas. Especialista en Administración Universidad Santo Tomás. Especialista en Calidad en Salud Universidad El Bosque. Médico Epidemiólogo Universidad del Rosario. Especialista en Terapias Alternativas y Farmacología Vegetal, Universidad Juan N Corpas, Miembro activo de la Sociedad Colombiana de Medicina China y Acupuntura. Magister en Fitoterapia Clínica, Universidad de Barcelona, España.

Fuentes:

  1. Cremers HR, Roelofs K. Social anxiety disorder: a critical overview of neurocognitive research. Wiley Interdiscip Rev Cogn Sci. 2016 Jul;7(4):218-32. doi: 10.1002/wcs.1390. Epub 2016 May 30.
  2. Medrano-Martínez P, Ramos-Platón MJ. Cognitive and emotional alterations in chronic insomnia. Rev Neurol. 2016 Feb 16;62(4):170-8.
  3. Celano CM, Millstein RA, Association between anxiety and mortality in patients with coronary artery disease: A meta-analysis. Am Heart J. 2015 Dec;170(6):1105-15. doi: 10.1016/j.ahj.2015.09.013. Epub 2015 Sep 21.
  4. Andreescu C, Varon D. New research on anxiety disorders in the elderly and an update on evidence-based treatments. Curr Psychiatry Rep. 2015 Jul;17(7):53. doi: 10.1007/s11920-015-0595-8.
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